Uno de los mitos más persistentes de la Guerra de Angola asegura que Ernesto Che Guevara conoció y trató al líder de la UNITA, Jonas Savimbi, y que lo prefería por encima de Agostinho Neto. Miles de cubanos y angolanos están convencidos de que así fue, pero investigaciones de los historiadores demuestran lo contrario.
Los caminos de ambos líderes estuvieron a punto de cruzarse entre fines de 1964 e inicios de 1965, pero nunca se conocieron personalmente.
Otro de los rumores persistentes apunta a una relación entre el Che y el líder del FNLA, Holden Roberto, y parece tener más fundamento.
En diciembre de 1964 Savimbi visitó brevemente Brazzaville (capital de la actual República del Congo), para reunirse con la jefatura del MPLA, que operaba allí. Cinco meses antes, en julio, había renunciado al puesto de Ministro de Relaciones Exteriores del gobierno en el exilio (GRAE), cargo que ocupaba como miembro del FNLA.
En su libro The Cuban intervention in Angola, 1965-1991, Edward George señala que los líderes del MPLA -Neto, Lúcio Lara, Luís de Azevedo- no impresionaron a Savimbi, quien regresó a Suiza de inmediato, ese mismo mes, a completar su título de médico, e inmediatamente después salió hacia China para recibir entrenamiento guerrillero durante cuatro meses. En octubre de 1966 Savimbi regresó a Angola, penetrando por la provincia de Moxico y fundó allí su propio movimiento, UNITA (Unión Nacional para la Independencia Total de Angola).
El Che, por su parte, llegó a Brazzaville el 5 de enero de 1965 para una visita de dos días al MPLA. Obsesionado con desatar una revolución en África, le pidió al MPLA que enviara guerrillas a combatir en el Congo (el mismo país que luego se llamó Zaire y ahora es República Democrática del Congo), pero esa petición, desde luego, fue recibida fríamente.

El Che reunido con la cúpula del MPLA en Brazzaville, en diciembre de 1964. Creo que el primero a la derecha es Nito Alves, ejecutado en un fallido golpe de estado en 1978.
En cambio, los angolanos le pidieron al Che que Cuba les enviara instructores. Inicialmente el MPLA pensó en recibir entrenamiento guerrillero de los chinos, pero la distancia era un obstáculo muy grande; y ya le había pedido instructores a los argelinos, pero estos no los enviaron, señala Piero Gliejeses en su libro Conflicting Missions.
La esposa de Lúcio Lara, Ruth, -señala Gliejeses-, dijo que los angolanos no quedaron muy contentos con la visita del Che, porque sabía muy poco del MPLA y su mente estaba concentrada en su próxima aventura en el Congo, que resultó ser desastrosa.
De todos modos, el guerrillero argentino trasmitió a La Habana los pedidos de ayuda militar e instructores que le hizo Agostinho Neto, y le prometió que llegarían en el verano.
Una relación entre Holden Roberto y el Che parece más posible, y habría sido estrictamente epistolar.
En una entrevista con Edward George en mayo de 1998 en Luanda, Roberto le dijo que el Che «me envió una carta, pero no me reuní con él. [Eso fue] porque él estuvo en Brazzaville, y fue a ver un campamento del MPLA en Cabinda y no le causó buena impresión. Y me escribió una carta en Kinshasa diciendo que quería conocerme y que yo debería ir a reunirme con él y que quería ayudar al FNLA…Lo rechacé, y le dije que esta era una guerra de liberación nacional y que no queríamos que se involucraran extranjeros. Y él dijo que lamentaría esa decisión».
¿Ocurrió realmente así? Es difícil saberlo. En su libro, Gliejeses refiere que durante esa visita del Che a Brazzavile, Jorge «Papito» Serguera (entonces embajador en Argelia) visitó un campo de entrenamiento del MPLA -sin el Che- y los angolanos usaron el mismo truco que empleó Fidel Castro con Herbert Matthews en la Sierra Maestra: pusieron a desfilar repetidas veces delante del visitante a los mismos guerrilleros. Serguera retornó a Brazzaville muy impresionado con el poderío militar del MPLA.
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