Amistades impredecibles

mapdeangola2Yo fui del primer contingente de Tropas Especiales que  llegó  a Angola en los Britannia, la cosa estaba dura. En Quinfangondo se peleó muy duro pero estábamos mejor preparados y con mejor moral que ellos y perdieron, después participé en varios combates más con los sudafricanos. Recuerdo un prisionero que hicimos, Johannes Gerhardus, un boer alto  y pecoso, que fue a tirarnos con su G-3 en un cuerpo-a-cuerpo , pero se le encasquilló el fusil y se rindió. Después resultó que estudiaba Filosofía en la Universidad del Cabo, y era de lo más afable. Nosotros tratamos muy bien a los prisioneros de Sudáfrica y ellos a los cubanos prisioneros también. Despues de la guerra fui a Sudáfrica y me encontré a Gerhardus y desde entonces nos intercambiámos cartas. Le puso a su hijo mi nombre lo cual me conmovió mucho, ahora somos buenos amigos. Los mejores amigos se hacen en la guerra. (Testimonio de Salvador, un lector)

En este blog ustedes, los lectores, son los protagonistas.

Algo más que soñar


¿Qué cubano de la isla no recuerda esta serie televisiva de 1984? ¿Quién no se emocionó con  la muerte de Ignacio y el regreso de los tres amigos a la casa de la joven viuda en el capítulo final?

No sé qué impresión les causa hoy a ustedes, pero para mí, este fragmento al cabo de los años me sabe a edulcorado realismo socialista.
Algo más que soñar fue producida por los Estudios Cinematográficos y de Televisión de las FAR (ECITVFAR) con fines propagandísticos,  para impulsar el reclutamiento de jóvenes en la fase final de la Guerra de Angola. Me imagino que funcionó como un boomerang,  porque a pesar de que la serie enfatizaba el lado «glorioso» de la participación cubana en Angola,  la inesperada muerte del personaje  Ignacio nos recordó a todos el saldo trágico de ese conflicto armado, que devastó miles de hogares cubanos.

Esta representación de una guerra «bonita», tiene tanto que ver con la realidad como los actores con verdaderos soldados. Como en todas las guerras, en la de Angola hubo abusos y degradación de la condición humana por parte de todos los bandos. En Cuba, sin embargo, las representaciones del conflicto en los medios de difusión aún están cubiertas por ese falso velo de aséptica heroicidad. El verdadero rostro de esa guerra -monstruoso, implacable- aún sigue oculto para la mayoría de los cubanos.

Caravanas II: Los ataques de la UNITA

Caravana cubana hacia Cuito Cuanavale

Caravana cubana hacia Cuito Cuanavale

En su libro «The Cuban intervention in Angola, 1965-1991, from Che Guevara to Cuito Cuanavanale», el historiador Edward George describe la manera en que operaban las caravanas cubanas y los peligros que enfrentaron.

«Las caravanas enfrentaron tres peligros principales de la UNITA: minas, emboscadas y ataques aéreos -llevados a cabo por las SAAF [Fuerzas Aéreas Sudafricanas]- y todo esto decidía la forma de la columna. Un conoy típico estaba encabezado por un buldozer marchando por el medio del camino, con sus tenazas abajo, y cada vehículo que le secundaba siguiendo su rastro. Si el buldózer detonaba una mina, el daño sería mínimo y el convoy volvería a continuar con daños mínimos.

Luego le seguía una BTR-6- (un gran vehículo blindado con ametralladoras montadas y una decena de hombres) que era ideal para enfrentar las emboscadas, luego un BMP-1 (un pequeño tanque con cohetes) para usarlo contra otros vehículos blindados, y luego las defensas antiaéreas. Solo después que estos vehículos habían pasado aparecían entre cinco y 10 caminones, protegidos detrás por una similar sucesión de vehículos como los descritos en orden inverso.

Generalmente las caravanas estaban compuesta por 20 vehículos de largo, pero algunas estaban tan atascadas que se extendían por otras cinco millas, facilitando que la UNITA atacara ambos extremos sin que uno supiera lo que estaba sucediendo en el otro. Las emboscadas eran frecuentes, y para el fin de la guerra la ruta de Menongue a Cuito Cuanavale era un basurero de más de 160 vehículos; una emboscada destruyó 36 camiones de combustible que se dirigían a reforzar los suministros de la fallida ofensiva de 1987.

Angolanos pasan al lado de tanques cubanos abandonados en Longa, en ruta a Cuito Cuanavale, en el 2008

Angolanos pasan al lado de tanques cubanos abandonados en Longa, en ruta a Cuito Cuanavale, en el 2008

La UNITA era adepta a colocar minas y adoptó técnicas sofisticadas para conducir las caravanas a los campos minados. Como cada caravana tenía al menos media docena de zapadores que eran llamados al frente si aparecía algo sospechoso en el camino, la UNITA a menudo depositaba minas señuelos (que eran fácilmente detectables) para desviar la atención de las minas depositadas más adelante en el camino.

La UNITA a menudo colocaba minas antitanque con un retraso de 20 segundos, calculando que este sería el momento exacto en que el vehículo de mando pasara sobre ellas, la muerte (o incapacidad) del comandante se produjera y ocasionara confusión cuando se lanzaba la emboscada.

El efecto combinado de buscar las minas y combatir las emboscadas demoraba las caravanas, y era común que el viaje de 115 millas entre Menongue y Cuito Cuanavale tardara entre 10 días y un mes».

¿Cuál era la manera más efectiva de enfrentar los ataques de la UNITA?

Caravanas (I)

¿Recuerdan esta película de 1992? Dirigida por Rogelio París, era un homenaje a los miles de cubanos que arriesgaron sus vidas en las caravanas en Angola. Como datos curioso, fue filmada en ese país africano y hoy algunos de los actores que vemos en este clip -Omar Moynello y Francisco Gattorno- están en Miami.

A mí, al menos ese fragmento, me pareció una representación poco creíble. ¿Qué opinan ustedes?

Una versión más seria sobre las caravanas la ofrece el historiador George Edward, en su libro sobre Angola que ya he citado aquí. Les traduzco un fragmento:

«Cada cubano destacado en el sur estaba obligado a participar en un mínimo de cinco caravanas, pero hacia el final de la guerra algunos cubanos habían estado en hasta cinco veces esa cantidad, a menudo para escapar del tedio de la vida en los campamentos. Las caravanas estaban compuestas de una mezcla de soldados de las FAPLA, cubanos y ocasionalmente de las SWAPO, y las rutas más regulares adquirieron nombres bastantes predecibles, como Che Guevara, Antonio Maceo y Camilo Cienfuegos.

La octava brigada de las FAPLA (destacada en Menongue) tenía la responsabilidad de llevarle suministros a las unidades de las FAPLA en Cuito Cuanavale, pero cuando los combates se intensificaron en 1987, los cubanos comenzaron a acompañar esos convoys, experimentando algunos de los combates más intensos de la guerra.

Las caravanas eran cruciales para el mantenimiento de las Líneas de Defensa ATS (Asociación de Tropas del Sur)* y para la sobrevivencia de pequeñas unidades cubanas dispersas en el sur de Angola, y la UNITA se percató de que atacándolas debilitaría el control de las FAPLA sobre la región. Cuando la UNITA extendía sus operaciones hacia el norte, las caravanas pasaban con más frecuencia por el territorio que esta controlaba, y ambas partes desarrollaron sofisticadas tácticas para burlar una a la otra».

Me gustaría saber cuán acertada es la descripción de Edward sobre las caravanas cubanas en Angola.

*Gracias a los lectores por sus aclaraciones sobre el significado de ATS

Glosario

He agregado a este blog un glosario de términos que ayudarán a a los lectores a comprender mejor  la Guerra de Angola. Pueden verlo en el encabezado, y aquí . Es un trabajo en proceso y se beneficiará de todas las adiciones y correcciones que ustedes quieran hacer.

Además de los términos oficiales para identificar organizaciones y equipos militares -en esto último necesito mucha ayuda- es importante también rescatar la jerga que usaban los cubanos en Angola. A las minas les decían «boniatos».  ¿Tienen ustedes otros ejemplos?

Más adelante voy a incluir una cronología.

Héroes son los de Angola

En este reciente videoclip, el grupo cubano Los Aldeanos y Silvito el Libre -artistas censurados en la isla y reconocidos por Juanes durante su concierto del 20 de septiembre- recuerdan a los combatientes de Angola. La canción se llama «Héroe» y se burla de la campaña propagandística oficial por la liberación de cinco espías encarcelados en Estados Unidos, a quienes el gobierno de Cuba llama «Los cinco héroes».

«Héroes son los que en Angola hace un tiempo atrás pelearon y les dieron dos medallas aunque sin pies pa’atrás viraron», dice la letra. Disfrútenla.

La Batalla del Puente 14: Relato sudafricano

Lanzacohetes rusos BM-21 usados en Angola y conocidos como órganos de Stalin por los sudafricanos

Lanzacohetes rusos BM-21 usados en Angola y conocidos como órganos de Stalin por los sudafricanos*

Un historiador sudafricano, Richard Allport, ha escrito un interesate relato sobre un combate previo a  la batalla de Ebo, en la que pereció el primer comandante Raúl Díaz Argüelles.  El recuento pone en duda la imagen de invencibilidad que fomentó la propaganda oficial sobre el ejército cubano en Angola.

Después de consultar varias fuentes, puedo resumir la Batalla del Puente 14 así:  el puente  estaba ubicado sobre el río Nhia, y era estratégico para la defensa de la localidad de Quibala (o Kibala), en manos de las FAPLA.  Los angolanos lo destruyeron a fin de frenar el avance enemigo. Los  sudafricanos planeaban infliltrar el área y reparar el puente durante la noche.  Lograron ambas cosas, y además colocaron artillería en una elevación desde donde se dominaba parte del río Nhia. Los angolanos y cubanos tenían también algunas posiciones estratégicas sobre el río y se entabló un enfrentamiento de artillería que duró un par de días. El desastre, según el George Edward, autor de «The Cuban intervention in Angola, 1965-1991: From Che Guevara to Cuito Cuanavale», sobrevino cuando las FAPLA trataron de enviar refuerzos a sus posiciones cruzando el río desbordado: hubo numerosos muertos de la parte cubana y angolana y Argüelles se vio obligado a replegarse.  Horas después perdió la vida .

Tras la Batalla del Puente 14, ocurrida a inicios de diciembre de 1975, varios soldados sudafricanos fueron condecorados, con las medallas al valor Honoris Crux. Entre ellos estaba el sargento Danny Roxo, un portugués que tras vivir en Mozambique se unió a las fuerzas especiales sudafricanas, SADF.

El combatiente portugués Francisco Daniel Roxo

El combatiente portugués Francisco Daniel Roxo. Murió a causa de una mina en 1976.

«Cuando Roxo avanzó  para chequear el puente vio un cubano a lo lejos y le disparó», relata Allport. «Roxo comenzó a retroceder y en ese momento comenzaron a aparecer más tropas enemigas y comenzaron a dispararle. El respondió al fuego  matando a 11 enemigos, cuatro de ellos cubanos».

En el Puente 14 y Ebo los cubanos y angolanos sufrieron al menos 400 bajas, según Allport.

En otra mención a los cubanos, el narrador  relata un incidente en el que los vehículos blindados sudafricanos -Elands- se quedaron sin proyectiles y el teniente Van Vureen les ordenó cerrar las ventanillas. «Los cubanos se lanzaron sobre los Elands y comenzaron a disparar. Van Vureen respondió con su pistola a través de una rendija, matando a 11 de los cubanos que intentaban entrar en los vehículos blindados. Se supo luego que los cubanos habían estado fumando marihuana en una granja, lo que explicaría el por qué de ese ataque alocado a los Elands».

De acuerdo con este relato (aquí en inglés ), ambas batallas -Puente 14 y Ebo- fueron un desastre para la coalición cubano-angolana. ¿Es creíble el relato de Allport?

*Agradezco los lectores Rafael Machín y Abicú, que me enviaron esta foto y señalaron el error de la que había publicado inicialmente y que pueden ver aquí .

Recordando a Toño

 Operación Tributo en Las Tunas. Ceremonia de entierro en el cementerio Vicente García

Operación Tributo en Las Tunas. Ceremonia de entierro en el cementerio Vicente García en 1991

Su nombre era José Antonio, y le llamábamos Toño. Su madre se llamaba Virgen y era blanca como la leche; su padre, Chepe, era negro como un carbón. Un matrimonio multirracial bien llevado y querido. Había armonía en ese hogar. Eran unas personas que todos querían tener como amigos. Chepe, Virgen y sus hijos Toño y Edelma vivían en la calle Villalón, entre Martí y Lico Cruz, en Las Tunas. A Chepe, ya retirado de camionero del Mincin, le había dado una embolia cerebral y había quedado con una parte del cuerpo paralizada y el habla algo afectada.

Toño se casó con Martha Carvajal, que vivía en Julián Santana, entre Martí y Lico Cruz y tuvieron enseguida un niño. Pero a Toño lo enviaron a Angola y no pasó un año antes de que que nos avisaran que había muerto «en cumplimiento del deber». No recuerdo la causa de la muerte, pero sí sé que no trajeron su cuerpo para Cuba y celebraron un sepelio simbólico en la casa de la calle Villalón.

Chepe y Virgen perdieron a su único hijo varón que no llegaba a los 30 años cuando  desgraciadamente murió en un lugar adonde nunca debió ir, porque  allí no tenía ni parientes, ni negocios, ni nada que lo obligara a arriesgar su vida en un sitio tan lejano, tan ajeno a nuestras costumbres, a nuestro idioma y a nuestra forma forma de vida. Fue carne de cañón, como los miles de cubanos que murieron allí de una manera absurda.

La muerte de Toño apresuró el deterioro físico de su padre Chepe, que jamás logro recuperarse. Desconozco si  fue repatriado el cuerpo de Toño desde la lejana Angola.

Martha Carvajal quedó viuda antes de los 30 años y su niño no pudo volver a  ver a su padre. Dos familias quedaron destrozadas. (Testimonio del lector Juan de Armas)

Temor a los cubanos

Cubanos en Angola

Cubanos en Angola

«En aquel tiempo, era difícil distinguir por su mero aspecto quién era quién, ya que los cubanos habían vestido a muchos destacamentos del MPLA con uniformes traídos de la isla. La cosa era importante también desde un punto de vista sicológico, pues los cubanos eran lo que más temían las tropas del FNLA y de UNITA. Huían en desbandada al verse atacados por un destacamento con uniformes cubanos, aunque en sus filas no hubiese un solo cubano, cosa que sucedía muy a menudo. Las diferencias externas se borraban con suma facilidad, pues tanto los cubanos como los del MPLA eran destacamentos multirraciales, así que el color de la piel tampoco aportadaba dato alguno. Más tarde, este hecho alimentaría la leyenda de un ejército cubano de cien mil hombre luchando en Angola. La realidad, sin embargo, arrojaba cifras muy diferentes: todo el ejército volcado en la defensa de la república no superaba los treinta mil soldados, dos terceras partes de los cuales eran angolanos»  (Tomado de Un día más con vida, del gran periodista polaco Ryszard Kapuscinski, donde narra los acontecimientos en Angola entre agosto y noviembre de 1975)

Testimonio sobre Raúl Díaz Argüelles

El Primer Comandante Raúl Díaz Argüelles (izq) junto al líder caboverdiano Amílcar Cabral (foto tomada de Granma)

El Primer Comandante Raúl Díaz Argüelles (izq) junto al líder caboverdiano Amílcar Cabral (foto tomada de Granma)

El lector Rafael González trajo a colación en un comentario el tema de la muerte de Raúl Díaz Argüelles, el Primer Comandante artífice de la intervención cubana en Angola. «A Raulito Díaz Argüelles no lo mató una mina cubana» -afirma en respuesta al testimonio del general Rafael del Pino- «sino una blackmore americana reforzada con uno o dos obuses de mortero 60 mm que le arrancaron las piernas de cuajo y murió desangrado cuando lo sacaban del BTR. Su blindado salió del trillo marcado y desminado para tomar un atajo por la selva, pero él era así impulsivo y arrestado y eso lo llevó a la muerte.
«Yo iba en una unidad de apoyo a su columna blindada y oímos la explosión, nos llamaron por radio y ayudamos a sacarlo a él y dos más que sobrevivieron muy malheridos, después tuvimos que remolcar el BTR . Fue a fines de 1975. El tipo de mina enseguida lo supimos porque hubo que desminar los alrededores para evitar más bajas y encontramos como seis o siete parecidas por esa área.Tuvo mala suerte porque la densidad de minas era relativamente baja allí.

«No sé de dónde sale esa historia de que las minas eran de las tropas cubanas, solo teníamos minas rusas y aquellas eran americanas y a veces chinas. Fue muy difícil aceptar la muerte de Raúl porque era un buen jefe, muy preocupado por su tropa y muy valiente, siempre queriendo ir al frente en los combates», concluye Rafael González.

De acuerdo con un perfil de la corresponsal de guerra cubana Katiuska Blanco en el diario oficial Granma, había estudiado en la Academia Militar Riverside de Estados Unidos. En Cuba estudió Ingeniería Civil en la Universidad de La Habana, donde conoció José Antonio Echeverría y Fructuoso Rodríguez. Fue jefe de Acción del Directorio Revolucionario e incluso atacó la 5ta estación de policía de La Habana en 1958, antes de alzarse en las montañas cubanas.

Díaz Argüelles, líder de la misión cubana en Angola, pereció a los 39 años, el 11 de diciembre de 1975, durante la Batalla de Ebo, apenas un mes después de iniciada la intervención cubana. Su nombre de guerra era Domingos da Silva y conocía personalmente a los líderes de los movimientos nacionalistas africanos.

La Batalla de Ebo siguió a la Batalla del Puente 14. Según la versión (en inglés) de un veterano de ese país, ambas duraron varios días y concluyeron con una victoria abrumadora de esas fuerzas.

Me gustaría escuchar la versión de veteranos cubanos y angolanos sobre ese suceso que cobró la vida de Díaz Argüelles.