
Mujeres angolanas vendiendo pescado en Luanda
Algunos o muchos de los que estuvimos allí, si bien no teníamos la bola de cristal para ver el futuro, teníamos ojos para ver como aquellas infelices mujeres angolanas se entregaban a cambio de una miserable lata de sardinas y se mataban trabajando con una criança (criatura) a la espalda para alimentar a la familia, mientras los maridos se la pasaban sentados bebiendo su kashís y quitándoles a los niños la comida que habían logrado mendigar, negociar o robar entre las tropas.
Muchas veces, en marcha, cargados de impedimenta hacia misiones en la profundidad, atravesábamos quimberías y en ellas, bailando con radios portátiles o grabadoras de cassette, vestidos con jeans de marcas, zapatillas y camisetas coloridas, estaban los angolanos y nos decían al pasar nosotros:-«ARUÑA CUBANO, QUE ANGOLA ES TUYA». O sea, que les importaba un pito lo que estaba pasando, no tenían idea de nación, eran un puñado de tribus pugnando por mantener sus costumbres, sus dialectos, marcando sus territorios como los perros cuando se mean en una cerca o poste.
Algunos comentaban: ¨Ustedes, los colonialistas cubanos, son mejores que los portugueses. No nos maltratan….». Escuchar eso daba rabia o partía el alma, señores. Para la mayoría de ellos no había conocimiento de qué significaba el colonialismo como lo vemos nosotros, para ellos el hecho de estar nosotros allí, no importaba el motivo, eso era colonialismo. No entendían que estabamos allí para ayudarlos a liberarse, muchos ni siquiera sabían el motivo de aquella guerra, ni por qué luchaban las FAPLA ni qué había pasado entre el FNLA y la UNITA.
Eran simplemente carne de cañón, el terreno por sobre el que caminaban los intereses políticos, militares, económicos.
A veces les preguntábamos, mostrándoles fotos en periódicos, y decían que sí, este es Fidel o este es Neto, sí los conocian, algunos angolanos reconocían hasta fotos del Che. Cuando les enseñábamos fotos de Dos Santos se encogían de hombros y decían: No, ese no sé quién es. ESO EN PLENA GUERRA. ASI QUE QUÉ SE PUEDE ESPERAR DE ELLOS 15 ó 20 AÑOS DESPUÉS.
No se consideraban a sí mismos angolanos, sino umbundos, quimbundos, kwanyamas……no se llevaban bien con el vecino que vivía al otro lado del rÍo, por viejas pugnas tribales sobre terrenos, mujeres, o tonterías. Ninguno sabía quién habia sido la reina Nzynga, mujer rebelde que había luchado contra la colonización portuguesa, símbolo de lo que podía hacer aquel pueblo.
Angola tiene más petroleo, maderas finas, diamantes, metales que muchos países europeos que hoy son desarrollados. El territorio de Cuba cabía tres veces en la provincia más grande de Angola. Tanta sangre derramada por gusto, en lo tocante a Angola. Si alguien puede agradecer, son Namibia y Sudáfrica, y ni siquiera sé si lo hacen. En nuestra TV jamás se ven noticias de esos lugares, ni se divulga si existen convenios económicos con Cuba, seguramente que no, pues Cuba como el perro del hortelano ni invierte ni deja invertir, no tiene dinero para pagar, le debe a las once mil vírgenes y se pasa la vida criticando a los que producen dinero o comercian, echándole la culpa al bloqueo.
Lo cierto es que muy poco es lo que aportan esos países en virtud de convenios «internacionalistas» de médicos, personal técnico, etc. Los chinos, que lo conquistan todo como grandes negociantes, se les adelantaron, ellos previeron el futuro, por eso no se «quemaron» mucho en aquella guerra, siendo criticados tanto por soviéticos como por cubanos. Ellos sí sabian lo que iba a ocurrir y se prepararon para eso. Ahora ni soviéticos ni cubanos tienen posesiones allí en Angola.
Los «rusos» perdieron su armamento y prestigio bélico en aquella guerra que se ganó mas como guerrilla de monte que como grandes batallas de la II Guerra Mundial, las que los rusos estaban acostumbrados a mandar y ganar. Los cubanos perdieron su gente, su tiempo, sus pocos recursos y su fe.
Africa sigue su curso, retrocediendo siglos en la política, llena de guerras y conflictos étnicos y golpes de estado, y de desastres ecológicos y corrupción, de muerte, hambre y enfermedades, exportando asilados de guerra o políticos y «balseros del Mediterraneo» hacia Europa, cosas que todo el mundo sabe.
¿Qué sacó Cuba de todo esto? Un tema para dos peliculas, experiencia militar en otras tierras, un cementerio gigante e incompleto que hubo que transplantar de regreso, una deuda más grande, no solo con los otros países sino con su propia gente que jamás ha sido indemnizada de sus pérdidas personales, familiares, económicas o morales. Un tema para discursos o mesas redondas. Un trauma histórico insuperable en las mentes de los que estuvimos allí como simples mortales, jugándonos el pellejo por un ideal en el que creímos en aquel momento, como peones de un ajedrez que no entendíamos, mientras torres, afiles y caballos vivieron la vida a costa de nosotros. (Testimonio del lector Supermario)
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