Las mujeres cubanas en Angola

Mujeres cubanas en Angola. Foto: Getty Images

Mujeres cubanas en Angola. Foto: Getty Images

El testimonio de la lectora María del Pilar, uno de los escasos escritos por una veterana al margen del oficialismo cubano, arroja luz sobre la situación de las mujeres en Angola y el acoso sexual de que eran víctimas, en especial las médicas y paramédicas.

Ese delicado tema es tabú en la historiografía cubana y también en la memoria colectiva de los veteranos. Estoy segura de que muchos de los lectores de este blog -la mayoría hombres- pueden recordar algún episodio de acoso que protagonizaron o presenciaron, ya que era asumido como normal en ese momento y en esas circunstancias. Y sospecho que con el paso de los años varios de esos mismos lectores se habrán sentido avergonzados de haber participado en ellos directa o indirectamente. En el caso de los veteranos que viven en Estados Unidos y Europa, la severidad conque las leyes tratan el acoso sexual seguramente ha contribuido a una mirada crítica sobre ese aspecto de la vida de los internacionalistas en la Guerra de Angola.

Hurgando en Internet encontré este testimonio escrito por  Esteban Casañas Lostal, quien describe la situación descarnadamente:

«¿Qué fue lo que vi en Angola relacionado con la participación de la mujer ? Mucha mierda, en ese país se mantuvo durante 15 años a más de 50,000 hombres, claro esto es generalizando, de estas personas, una reducida cantidad eran mujeres, no puedo argumentar el porciento pero creo que no llegaban al 10 %, se imaginan, 10 mujeres entre cien. Deben imaginarse también la demanda que había de ellas por esa jauría de lobos locos por el sexo (…)

Pues bien, la cacería de ellas comenzaba desde el mismo momento en que bajaban de avión de Cubana en el aeropuerto, allí, en el salón de espera se encontraban aquellos cabrones que tenían medios de locomoción, y seguían los autos o buses hasta los albergues donde las mismas eran asignadas, algunos de ellos eran jefes o tarugos de estos. Los que fueron a ese país con la misión de buscarle mujeres a sus jefes comenzaban la cacería, primero visitas ingenuas a los amigos que conocían en esos edificios, después las invitaciones en apariencia inocentes a las actividades privadas, después las proposiciones inmorales, y cuando había resistencia, las trampas o el chantaje.

Las trampas eran que las endrogaban y tomaban fotos para chantajearlas posteriormente, o las chantajeaban diciéndoles que las mandarían a provincias apartadas de la capital, eso significaba que no verían vestigios de civilización hasta que cumplieran su misión, o les hacían promesas de pacotilla, etc, etc,etc. De todo se vio en Angola, pero también hay que sumarle a ello que la mujer es un ser humano como los hombres y que no siempre fue víctima de estas situaciones, supongamos que no le sucedió nada de esto, pasado el tiempo de abstinencia sexual, llegó un dia en que se encontró con uno de los miles de hombres disponibles y le gustó, eso le pasa a cualquier ser humano (…)»

Pueden leer el resto del artículo «Angola, la mujer cubana y la familia» aquí .

Si algún lector o lectora quiere compartir una anécdota que ayude a entender mejor el trato a las mujeres cubanas en Angola, adelante. Les recuerdo que el anonimato está garantizado para quienes lo deseen.