Cabinda: La lucha continúa

Guerrilleros del FLEC en Miconje, Cabinda, en 2009. Foto tomada del blog HavanaLuanda

Guerrilleros del FLEC en Miconje, Cabinda, en 2009. Foto tomada del blog HavanaLuanda

En 1975 los cubanos aseguraron el dominio del MPLA sobre el enclave de Cabinda, pero no la paz.  Los enfrentamientos entre las FAPLA y el FLEC no han cesado desde entonces, así como las acusaciones mutuas de atrocidades. La guerrilla independentista sufrió una escisión en el 2002  -año que marca oficialmente el fin de la guerra civil en Angola- y una gran campaña militar de Luanda que minó sus fuerzas.

En el 2006, el FLEC firmó un cese al fuego con el gobierno de Eduardo Dos Santos, pero los enfrentamientos han continuado esporádicamente. Los separatistas también están activos en internet, con un sitio de la «República de Cabinda» y del «gobierno cabindés en el exilio» .

En enero del año pasado,  aseguraron que las tropas cubanas habían vuelto al enclave, un reporte que no ha sido confirmado.

Médicos y enfermeras cubanos trabajan en Cabinda como parte de la renovada cooperación bilateral entre La Habana y Luanda.

Una hazaña militar cubana

Monumento al Tratado de Simulambuco entre Portugal y Cabinda

Monumento al Tratado de Simulambuco entre Portugal y Cabinda

Este monumento es un símbolo para los diversos grupos independentistas de Cabinda. El Tratado de Simulanbuco, firmado en 1885 entre Lisboa y los gobernantes nativos, hizo del enclave un protectorado portugués. En enero de 1975, el Tratado de Alvor entre el MPLA, la UNITA, el FNLA y Portugal, integraba Cabinda a Angola, pero no incluyó a grupos políticos del enclave, que desde entonces se niegan a aceptarlo.

Por eso, cuando las tropas cubanas entraron en Cabinda en agosto de 1975 para asegurar el control del MPLA en la zona, muchos cabindeses consideraron que se trataba de una usurpación de su territorio. El Frente para la Liberación del Enclave de Cabinda (FLEC) buscó apoyo en un aliado circunstancial, el presidente de Zaire (hoy República Democrática del Congo), Mobutu Sese Seko, y junto a mercenarios franceses y estadounidenses intentaron capturar Cabinda.

Ramón Espinosa Martín, al frente de las tropas cubanas en el enclave, asegura que el propio Fidel Castro calculó con la fecha de la invasión: dos o tres días antes de la declaración de independencia de Angola (11 de noviembre de 1975).

Raúl Castro condecora al general Ramón Espinosa Martín, como parte de su ascenso enero de 2009 a viceministro de las FAR

Raúl Castro condecora al general Ramón Espinosa Martín, como parte de su ascenso enero de 2009 a viceministro de las FAR

Espinosa había tenido algún tiempo para preparar a las fuerzas cubanas y entrenar a las FAPLA.

A su llegada en agosto al enclave, se hizo pasar por un periodista argentino y pudo hacer un reconocimiento de la frontera con Zaire, e incluso compartió una cerveza con un capitán zairense que días después murió en la fallida invasión. Espinosa ordenó un extenso minado en el área fronteriza  de Subantando (hoy Baca). Se colocaron más de 500 minas en lo que fue quizás el primer uso masivo de esos letales dispositivos por parte de los cubanos en Angola.

En los primeros días de noviembre, el jefe de la MMCA, Raúl Díaz Argüelles, le ordenó a Espinosa que enviara parte de sus fuerzas a Luanda, pero este se negó, a sabiendas de que esperaba una invasión. Argüelles tuvo que visitarlo personalmente en Cabinda, junto al hoy general de brigada Victor Schueg y al coronel Armando Saucedo, para convencerlo, según ha relatado el propio Espinosa. Quizás por esas divergencias, a pesar de ganar la batalla de Cabinda, Argüelles reemplazó a Espinosa por Joaquín Quintas Solá.

Había más de 200 cubanos y dos batallones de las FAPLA en el enclave cuando se produjo el primer ataque, el 8 de noviembre, por el este de  (Chimbuande y Chingundo). El primer pelotón de las FAPLA que le salió al paso fue diezmado; los refuerzos enviados por Espinosa cayeron en una emboscada.

El 9, las FAPLA lograron rechazar un intenso ataque cerca de Subantango. El minado los alrededores de esa localidad  contribuyó a frenar el avance de los atacantes por la zona.

El 11, las tropas FLEC-zairenses avanzaban por el valle de N’to, con la intención de capturar Cabinda a finales del día, pero fueron recibidas con las «cuatro bocas» que les causaron numerosas bajas y provocaron además la retirada.

Mientras se producía el enfrentamiento en N’to, Espinosa fue informado de un desembarco naval por la zona de Labe, al sur de la ciudad de Cabinda. De acuerdo con el recuento del historiador Edward George, los cubanos contaban con un único lanzacohetes GRAD-1P, emplazado en un promontorio que tenía buena visibilidad de la costa, y sin tiempo para afinar la puntería, Espinosa le ordenó disparar a un soldado angolano . La suerte los acompañó, porque el proyectil impactó la embarcación de avanzada y puso a los invasores en retirada.

La controfensiva comenzó el día 12, provocando el repliegue de las fuerzas del FLEC  y Zaire. El día 13 a las 3 de la tarde, Cabinda quedaba en manos del MPLA.  Los invasores sufrieron unas 600 bajas mientras que las FAPLA y los cubanos perdieron unos 30 hombres.

Aquí pueden ver un breve documental con versión oficial cubana de la batalla de Cabinda,  muy interesante:

Cabinda, la lucha por el petróleo

cabinda La compañía estatal de petróleo de Cuba, Cupet, acaba de lograr una participación accionaria del 5 % en la exploración de un bloque terrestre de petróleo en Cabinda, el enclave secesionista de Angola que las tropas cubanas dejaron en manos del MPLA hace casi 34 años.

La concesión es la primera que logra La Habana en el país donde combatieron los cubanos durante 16 años  y se produce luego de sendas visitas a Angola del presidente cubano, Raúl Castro, en febrero y julio de este año.  Cabinda produce 700.000 barriles de petróleo por día (bpd) y se espera que pueda llegar a 3.4 millones de bpd en los próximos 10 años.

Los estadounidenses explotan el crudo de Cabinda desde 1958. Chevron es actualmente el mayor empleador extranjero de esa industria en Angola.

Irónicamente, durante la la Batalla de Cabinda, entre el 8 y el 12 de noviembre de 1975 -en plena Guerra Fría- las fuerzas cubanas protegieron las instalaciones de la compañía Gulf Oil, que luego se fusionó con Chevron.

El jefe de las fuerzas cubanas en Cabinda y actual viceministro de las FAR, Ramón Espinosa Martín, ha dicho que recibió instrucciones muy claras  sobre la relación con los estadounidenses:  no interferir en su trabajo ni meterse en ese lugar.  «En toda la zona donde se encontraban ubicados nunca se disparó un tiro. Más bien protegimos esas instalaciones petroleras», declaró Espinosa en entrevista con Luis Báez para el libro Secreto de Generales.

Fidel Castro tuvo claro desde el principio la importancia estratégica de Cabinda, separada del resto de Angola por una franja  fronteriza de más de 200 kilómetros con la República Democrática del Congo (antes Zaire). El historiador Edward George afirma que en agosto de 1975 ya Agostinho Neto se había resignado a la pérdida de Cabinda, pero Castro insistió en defender el enclave de un previsible ataque del ejército independentista FLEC respaldado por Zaire. De los primeros 480 militares cubanos que llegaron a Angola, el grueso, 191,  fueron enviados a Cabinda bajo el mando de Espinosa Martín.

Tres meses después las fuerzas cubanas enfrentaron y rechazaron un éxito un ataque combinado por tres frentes de un regimiento zairense,  el FLEC y combatientes franceses y estadounidenses, 2000 hombres en total.

Con una fuerza numérica muy inferior, los cubanos vencieron y sufrieron escasas bajas: una hazaña militar indiscutible.

Muro del Recuerdo pone fin a controversia en Sudáfrica (por ahora)

Muro del Recuerdo en el monumento Voortrekker de Pretoria, inaugurado el 25 de octubre de 2009

Muro del Recuerdo en el monumento Voortrekker de Pretoria, inaugurado el 25 de octubre de 2009

El pasado 25 de octubre se inauguró el Muro del Recuerdo en el monumento Voortrekker de Pretoria, dedicado a los soldados de la SADF caídos entre 1961 y 1994, la mayoría en Angola y Namibia. Fue erigido con donaciones privadas luego de que fracasaran las gestiones de los familiares de los caídos para convencer al administrador del Freedom Park, Dr Mongane Wally Serote, de colocar los nombres en ese lugar.  Serote se negó alegando que no eran «luchadores por la libertad», como mencioné en un post sobre el tema.

Sin embargo, en el Freedom Park están los inscritos los nombres de 2,016 cubanos muertos en la Guerra de Angola, muchos de ellos a manos del ejército sudafricano. Los nombres les fueron entregados a Serote en el 2006 por la entonces embajadora de Cuba, Esther Armenteros. La cifra oficial de muertos cubanos en Angola fue de 2077. Llama la atención que no se hayan incluido los nombres de 61 de ellos.

La ceremonia del 25 de octubre en Voortrekker, solemne y sobria, cierra de momento la polémica, aunque no las heridas:

Noten en el video la presencia de varios generales sudafricanos además de veteranos negros y sus familias. El estereotipo de que el ejército sudafricano estaba formado por «racistas» -referencia que se usa aún en la prensa oficialistas cubana- equivale a la representación de los soldados cubanos en Angola como «comunistas».

La noticia de la inauguración del nuevo monumento de las SADF pasó prácticamente desapercibida; pocos medios se hicieron eco de ella en Sudáfrica. Me enteré revisando sitios de veteranos sudafricanos.

En cambio, es fácil encontrar en Internet una noticia mucho más divulgada, de algo que sucedió 4 días después: la visita de Aleida y Camilo Guevara, hijos del Che, a Freedom Park, donde depositaron una ofrenda floral para honrar a los cubanos caídos en Angola.

A mí esta historia me deja con muy mal sabor. ¿Cómo nos sentiríamos en nuestro país si un gobierno post castrista decide que nuestros muertos en Angola no deben ser honrados porque eran representantes de la ideología comunista y en su lugar decide homenajear a sus antiguos enemigos?

¿Cómo se sentirán las madres sudafricanas pensando que se prefiere rendir tributo a quienes apretaron el gatillo contra sus hijos?

Cubanos y sudafricanos fueron a la guerra cumpliendo las órdenes del gobierno de turno, representado a sus estados.  La mayoría de los sudafricanos  no tenía otra opción -un intento de escapar del reclutamiento podía costar hasta 6 años de cárcel. La mayoría de los cubanos, tampoco: negarse a ir equivalía a cárcel para los militares y al rechazo social para los civiles.

El acto de los Guevara en Sudáfrica resalta la hipocresía con que el gobierno cubano maneja el tema de sus veteranos de guerra. Los muertos reciben ofrendas florales en Sudáfrica, y en La Habana cuando pasa un dignatorio africano; los cientos de miles de sobrevivientes no tienen ni un Día del Veterano o del Internacionalista, ni una pensión decente, ni un privilegio mínimo.

Testimonio de una exiliada luso-angolana

Vista panorámica de Luanda en los años 70

Vista panorámica de Luanda en los años 70

María Joao Soares salió de Angola junto a su familia en abril de 1975, en el inicio del éxodo portugués. Al igual que le sucedió a los primeros exiliados cubanos que se radicaron en Miami, pensó que volvería en 6 meses a la tierra donde creció. Nunca más ha regresado.
«Dejamos todo. Mi padre tenía una mujer angolana y tengo 9 hermanos mulatitos, así que nuestra familia tenía componentes de todos los colores», relata. «Venimos a Paraguay, mi padre volvió a Angola y murió alla. Los otros estamos todos esparcidos por el mundo.
«Somos los olvidados, los angoleños blancos. No es por el color… es que para el mundo nosotros no existimos. A Portugal no les conviene nuestra existencia porque desnudamos la complicidad del gobierno de la época. Vendieron Angola a los rusos descaradamente. A los capataces que ‘gobiernan’ Angola no les convenimos porque somos capaces, cultos y patriotas».
Hace cuatro años, cuando el gobierno cubano conmemoró el 30 aniversario de la Operación Carlota, María se enfrascó en un debate con el funcionario del Partido Comunista Jorge Gómez Barata, y estoy segura de que en esa ocasión su réplica no fue publicada. María reprodujo la polémica en una sección de comentarios de este blog. Pueden verla aquí.