El ataque a Cassinga (I)

Fragmento de un material propagandístico de la SWAPO, con fotos de los muertos de Cassinga

Fragmento de un material propagandístico de la SWAPO, con fotos de los muertos en Cassinga

El ataque sudafricano en Angola más controversial y repudiado internacionalmente ocurrió el 4 de mayo de 1978. El gobierno de John Vorster, preocupado por el aumento de los campamentos de la SWAPO en el sur angolano, decidió lanzar un devastador operativo contra los dos principales:  Cassinga y Chetequera.

En la operación, cuyo nombre en clave fue «Operation Reindeer» (Operación Reno) participaron 527 paracaidistas del grupo de combate Bravo, que debían destruir el campamento de Cassinga («Moscú») y luego escapar en helicópteros. El campamento de Chetequera («Vietnam») sería atacado por vía terrestre.

La información de inteligencia sudafricana indicaba que ambos campamentos estaban bien defendidos, con trincheras, defensas antiaéreas y bunkers. Tras el ataque la SWAPO negó categóricamente que se tratara de un campamento militar y aseguró que allí sólo había refugiados: niños, mujeres y ancianos.

Todo parece indicar que Cassinga y Chetequera eran una mezcla de ambas cosas: campamentos de entrenamiento militar y de refugiados a la vez. De acuerdo con testimonios de ex internacionalistas cubanos que estuvieron en sitios similares de la SWAPO, los combatientes namibios se desplazaban con sus familiares y vivían junto a ellos.

A las 8 de la mañana, cuando los habitantes del campamento de Cassinga se concentraban en una explanada central, comenzó el bombardeo: los sudafricanos lanzaron cientos de bombas. Posteriormente los paracaidistas penetraron y remataron a numerosos sobrevivientes.

La retirada sudafricana comenzó en la tarde y en ese momento, los cubanos que estaban en la cercana base de Tchamutete (situada 16/17 km al sur de Cassinga) lanzaron una contraofensiva suicida.

Aviones Mirage y Buccaneers bombardearon la columna cubana, causando numerosos muertos.La cifra de víctimas fatales cubanas no aparece en los numerosos recuentos históricos oficialistas de la masacre, aunque el historiador Piero Gleijeses (en inglés) la ubica en 16 muertos y más de 80 heridos. Militares sudafricanos calculan que hubo unos 60 cubanos muertos.

Imágenes tomadas por fotógrafos occidentales en Cassinga horrorizaron al mundo al mostrar los cadáveres de 582 hombres, mujeres y niños.  El ataque, exitoso desde el punto de vista militar, fue  una derrota política para Sudáfrica, porque impulsó  la adopción en la ONU de la Resolución 435, que exigía la independencia de Namibia.

Les presento dos versiones antagónicas del suceso: en la prensa oficial cubana y en el website de un veterano sudafricano (en inglés)